Escucha el arroyo que brota de las alturas
y humilde hacia el valle va;
mira el torrente plateado que
avanza sereno y seguro.
Observa el primer fulgor del alba
que anuncia la llama del sol:
lo que nace puro se hará grande
y derrotará a la oscuridad.
Mientras que las tinieblas huyen de los rayos del sol,
Dios da alegría y calor;
la esperanza no morirá en el corazón.
El mañana pertenece...
El mañana pertenece...
¡El mañana nos pertenece a nosotros!
Escucha mi canción que sube al cielo,
hacia la inmensidad;
une tu grito de libertad;
comienza, hombre, a luchar.
Sabremos desenmascarar a quien maquina desde las sombras;
si marchamos juntos
venceremos a la usura y al puño.
El mañana pertenece...
El mañana pertenece...
¡El mañana nos pertenece a nosotros!
La tierra de los Padres, la Fe inmortal,
nadie podrá eliminarlas;
la sangre, el trabajo, la civilización.
Cantemos a la Tradición.
La tierra de los Padres, la Fe inmortal,
nadie podrá eliminarlas;
que el pueblo derrote al oro de los señores.
El mañana pertenece...
El mañana pertenece...
¡El mañana nos pertenece a nosotros!
El mañana pertenece...
El mañana pertenece...
¡El mañana nos pertenece a nosotros!
Il popolo vinca dell'oro il signor! Il domani appartiene a noi!